Soy una persona que ha tenido la posibilidad de viajar lo suficiente como para notar ciertas diferencias alarmantes entre el trato que ofrecen los profesionales al cliente en el resto de Europa y el trato que recibimos aquí. En Alemania, Francia o Suiza da igual si vas a comprar un bocadillo o si estás intentando gastarte miles de euros en un servicio de lujo porque la atención es exquisita. Otra cosa es que se haga más “la pelota” al que más dinero gasta, pero el respeto y la profesionalidad van siempre por delante.