Alergias a pólenes, a fármacos, a alimentos e incluso a la humedad. El número de alérgicos en España no hace más que crecer y el nivel de contaminación que sufrimos diariamente no hace más que agravar el problema. Además, la sociedad de afectados por las alergias confirma que además de un mayor número de casos al año, cada vez se encuentran casos más graves entre los nuevos diagnósticos.
Esta información ha provocado que los científicos y médicos se hayan puesto manos a la obra para intentar dar con el problema y solucionar o paliar las consecuencias derivadas de este tipo de enfermedades. Por ello, más de treinta alergólogos y pediatras de 18 centros sanitarios españoles han establecido las pautas sobre la inmunoterapia oral. Y es que entre un cuatro y un ocho por ciento de la población infantil padece alergia alimentaria y los alimentos que la causan con más frecuencia son el huevo, la leche, los frutos secos, el pescado, el marisco, las legumbres y las frutas, por ese orden.
Si notamos ciertos síntomas como rinitis, estornudos, lagrimeo, urticaria, vómitos o diarrea lo mejor que podemos hacer es acudir a un centro laboratorio especializado donde puedan hacernos estas pruebas cutáneas de alergia también conocidas como test de alergia cutánea. Esta es la prueba más efectiva y rápida hasta el momento para conocer qué tipo de alergia padecemos y a qué tipo de alérgenos.
Actualmente han saltado también las alarmas por el repunte de alergias a antiinflamatorios y antibióticos que hay a nivel nacional debido al uso demasiado frecuente que hemos hecho de estos fármacos. El departamento de alergología del Vinalopó señaló que en los últimos diez años han aumentado en un 3%, lo que la ha convertido en la tercera causa de consulta en su área.
Algunas recomendaciones
Si no conocemos a qué somos alérgicos y estamos en lista de espera para visitar a nuestro especialista (en la Seguridad Social hay una lista de espera con un tiempo medio de 12 meses para la primera consulta de alergología), hay algunas cosas que podemos tener en cuenta y pueden ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida:
- Si los síntomas son estornudos, rinitis, lagrimeo o asma, probablemente nuestras alergias serán medioambientales lo que significa que los días con viento nos afectarán mucho, así como las estaciones con más porcentaje de pólenes en el aire (primavera y verano).
- Si los síntomas son vómitos, diarreas, náuseas o urticaria es muy probable que nuestras alergias sean alimentarias, por lo que debemos comer la fruta siempre pelada, las verduras cocinadas, olvidarnos de los frutos secos y anotar en una libreta cada vez que comamos pescado y qué tipo de pescado.
Si por recomendación médica hemos de dejar de tomar ciertos alimentos es de vital importancia que suplamos su carencia con otros alimentos o superalimentos que contengan esos nutrientes. En Salud Atenea podemos encontrar multitud de suplementos alimenticios que pueden ayudarnos pero recordad consultar antes siempre con un facultativo en caso de duda.
Además:
- Evita los alimentos procesados, lácteos, huevos, chocolate, grasas y comidas fritas.
- Bebe mucha agua y bebidas desintoxicantes
- La miel de abeja ayuda a reducir los síntomas causados por la alergia al polen
- Realiza un consumo adecuado de probióticos para reducir la severidad de las reacciones alérgicas.
- El té verde puede aliviarnos pues posee un compuesto que bloquea la producción de histamina.
- La irrigación nasal con solución salina ayuda a suavizar la mucosa, limpia el polen o polvo de nuestras fosas nasales y alivia las mucosidades y estornudos.
- La vaselina en la nariz evita la entrada de ácaros y polen.
- Manen tu casa limpia y libre de tejidos innecesarios que acumulen polvo: cambia las cortinas por estores, quita las alfombras y mantén las mantas guardadas a buen recaudo.