España tiene infinidad de productos gastronómicos que la definen y que hacen de ella una tierra fértil y provechosa. Nuestro país se encuentra a la cabeza en cuanto a la exportación de una serie de alimentos que son consumidos en zonas muy diferentes del planeta y cuya calidad es imprescindible para hacer de él un sitio conocido y respetado.
La huerta valenciana, el bacalao del País Vasco, las migas manchegas o el gazpacho andaluz son solo algunos de los alimentos y platos tradicionales de España, pero no cabe duda que en ese selecto grupo hay un espacio de honor reservado para un producto típicamente español como lo es el aceite de oliva.
Desde bien pequeño he sido un gran consumidor de aceite de oliva. Este ha sido un producto fundamental en mi alimentación durante toda mi vida, sirviendo como complemento perfecto a un buen puñado de comidas cuyos sabores se veían reforzados gracias a él. Siempre que me ha faltado no he tardado nada en volver a comprarlo y por tanto nunca me ha faltado una botella de las suyas en mi despensa.
Hasta hace unos años solía comprar el aceite en un pequeño negocio que había en mi pueblo. Sin embargo, con la llegada de la crisis económica en 2008 el dueño de aquella empresa decidió cerrarla porque estaba comenzando a tener pérdidas y no podía permitirse el lujo de perder dinero. Aquella noticia me fastidió bastante porque siempre había acudido allí a comprar mi aceite de oliva y en ese momento no sabía en quién podría confiar para volver a disfrutar de un aceite de oliva de calidad.
Sin embargo, pasados unos días encontré una solución. Después de hablar del tema con uno de mis amigos, éste me comentó que él compraba el aceite en otro sitio y que estaba contento con la calidad de aquel producto. Le pregunté dónde podría comprarlo y lo que hizo fue hablarme de una página web llamada www.aceitesolimpo.com, una empresa tradicional con la que él estaba bastante contento.
Sin esperar más tiempo, al día siguiente me informé y contacté con la empresa para hacerles un pedido, y el resultado de probar su aceite resultó extraordinario. El sabor y la calidad que demostraba tener eran incluso superiores al aceite que había probado durante toda la vida, por lo que terminé encantado, sabiendo que volvía a tener alguien de quien podía fiarme para obtener justo lo que yo buscaba. Con el paso de los años, los trabajadores y trabajadoras de la empresa se han ganado mi confianza no solo por el bien que me proporcionan sino también por su excelente trato y la capacidad para adaptarse a mis necesidades.
España, líder mundial del sector
Como antes decía, nuestro país es un auténtico estandarte mundial y europeo en cuanto a la producción de aceite de oliva. La producción española de aceite de oliva representa, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, un 60% del total de la producción europea y un 45% de la mundial, lo que da una buena idea de la importancia de España en el sector.
El valor de este tipo de producto en España se situó en torno a los 1.900 millones de euros como media entre los años 2007 y 2012, representando este dato un 4’6% de la producción total agraria y un 7’6% de la producción vegetal.
En cuanto al comercio exterior, España es el principal exportador mundial de este producto. El 60% de todo el aceite de oliva que se genera en nuestro país (unas 745.000 toneladas) es exportado a una cantidad de países que supera la centena, convirtiéndose éste en el cuarto bien agrícola exportado, solamente por detrás del vino, los cítricos y la carne de porcino.