El vino español tiene una gran relevancia en el ámbito internacional como en el área nacional. La tradición vinícola logra que el vino sea un producto de gran consumo y fácil comercialización y exportación gracias a la demanda. Además, muchos de los vinos españoles cuentan con denominación de origen, lo cual les otorga un sello de calidad y sabor garantizados, asegurando al comensal una bebida a la altura de sus expectativas.
El comercio del vino tuvo gran importancia ya en la época de los romanos. Esta bebida espiritosa se comercializaba asiduamente hacia la Galia principalmente desde las zonas Tarraconensis y Baetica. Durante el resto de los siglos, la producción y venta del vino español fue sufriendo una serie de altibajos coincidentes con el trato que le daban las diferentes culturas dominantes de cada momento. Fue en los años 50 cuando la industria vinícola española resurgió y comenzaron a comercializarse y exportase de nuevo diferentes variedades.
También se procedió a la etiquetación de los vinos bajo nominaciones como la denominación de origen protegida, denominación de origen calificada, vino de calidad con indicación geográfica, vinos de la tierra y varias categorías más que tratan de definir lugares, procesos u orígenes de las materias primas con las que se fabrica la bebida.
Para indicar el envejecimiento del vino, las leyes establecen una serie de parámetros y exigencias para cada periodo de envejecimiento. Así se pueden clasificar como nobles, añejos o viejos, dependiendo del periodo de envejecimiento mínimo y la forma en la que se produce el mismo. También si los vinos se pueden clasificar como de denominación de origen protegida, pueden etiquetarse bajo el nombre de crianza, reserva o gran reserva. En estas categorías se distinguen los tintos, los blancos y los rosados, así como el periodo de envejecimiento, el tiempo en barrica y la forma de envejecimiento (tiempo en barrica y tiempo en botella).
Conservación del vino
Tras su periodo de envejecimiento, cuando el vino está listo para ser consumido en una mesa, la conservación adecuada es muy importante. Para ello el uso de climatizadores o neveras para vino es muy importante, sobre todo para conseguir que cada botella esté en su punto justo de maduración y temperatura que conserve el fluido en el mejor estado para su ingesta. Podemos consultar artículos de este tipo en vinosyclimatizadores.com.
Servir el vino y el maridaje con las comidas
El comensal ha de elegir el vino adecuado para cada comida. Normalmente se solía elegir vino tinto para las carnes y vino blanco para los pescados, aunque hoy en día, gracias a la investigación culinaria y gastronómica, ha cambiado esta antigua división dicotómica por otra que tiene más en cuenta los sabores de los platos y el maridaje de cada vino con ellos.
También hay que tener en cuenta la utilidad de diferentes elementos imprescindibles para servir un buen vino, como los abridores o los escanciadores. En cuanto a los primeros existen diferentes clases adecuadas para los diferentes tipos de usos o frecuencia con la que se descorchan las botellas; no es lo mismo un bar que tiene la necesidad de abrir multitud de botellas al día que ser un particular que abre unas pocas botellas al mes. En cuanto a los escanciadores son un elemento ideal para servir el vino y lograr que este envejezca gracias a la oxidación que produce el aire.