Apostar por el sector turístico es un seguro en nuestro país. No en vano, España se ha erigido como todo un líder en este sector, siendo la actividad de nuestro país reconocida por el Foro Económico Mundial y liderando asimismo su ránking en cuanto a competitividad frente a potencias como Italia, Francia o los mismísimos Estados Unidos. Un trabajo realmente meritorio.
Todos los agentes implicados en el sector turístico español son los responsables de tal sueño. Desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo hasta las pequeñas agencias de viajes que en muchas ocasiones no reciben una justa compensación económica por la labor que llevan a cabo. Hacer que todas las empresas españolas que tengan cierta conexión con el turismo realicen su actividad de la mejor manera posible también formará parte de la base del éxito de nuestro país en la materia.
Hace ya una década de la inauguración de mi negocio, una agencia de viajes que opera en la ciudad de Barcelona. La Ciudad Condal, una de las más bellas y visitadas de España, recibe cada año a millones y millones de turistas. Turistas que a menudo confían en agencias de la propia ciudad para gestionar sus viajes. Me di cuenta de la existencia de un nicho de mercado en este negocio y fue por eso por lo que me embarqué en un proyecto que todavía hoy resulta beneficioso para mis intereses.
He de comentar que no todo han sido ventajas. Hace dos años, el dueño de las oficinas que poseíamos nos comentó que no nos iba a renovar el contrato de alquiler. Al parecer, otra empresa con mucho más capital les había hecho llegar una oferta contra la que no podíamos competir. No nos quedaba otra que buscar rápidamente nuevas oficinas para evitar que nuestra actividad se quedara paralizada por un tiempo indeterminado.
Necesitábamos encontrar algo céntrico, espacioso y no demasiado caro. Y todo ello en cuestión de pocos días. El agobio y el estrés que comencé a sentir incluso provocaron que tuviera que visitar al médico durante aquellos nefastos días. Sin embargo, la situación cambió completamente cuando uno de mis socios me habló de Cacplus, una entidad dedicada al alquiler de despachos y oficinas en lugares estratégicos de la ciudad.
Contactamos con el número de teléfono que aparecía en la página web de dicha empresa y, efectivamente, descubrimos que todos los parámetros que andábamos buscando se cumplían en la totalidad de las oficinas y despachos que ofertaban. No obstante, organizamos un encuentro personal para poder visitar las instalaciones antes de dar cualquier otro paso. Si éstas nos convencían de verdad, no nos cabría la menor duda.
Continuando con nuestra actividad en un entorno más favorable
Como veníamos intuyendo, las oficinas que nos mostraron contaban con todas las ventajas que deseábamos adquirir. Especialmente dimos con unas en la Rambla de Catalunya que nos encantaron y que, al estar tan bien situadas geográficamente, nos harían ganar una visibilidad de la que quizá antes carecíamos.
Dimos el paso y decidimos alquilarlas. En solo unos días comenzamos a operar en ellas con absoluta normalidad y tanto nuestros trabajadores como los clientes que solían acudir a ellas coincidían en el que el cambio solo había desencadenado consecuencias positivas para nuestra entidad y, por tanto y no por ello menos importante, para el servicio que otorgaba.
Llevamos dos años en la Rambla de Catalunya y no podemos estar más contentos. Nuestra actividad se ha multiplicado por cuatro en este periodo de tiempo y el futuro se presenta ilusionante y cargado de oportunidades. Y es que, en ocasiones, de situaciones comprometidas y problemáticas nacen soluciones que nos permiten ganar terreno, adelantarnos a nuestros competidores y, en definitiva, ser los mejores. Eso, siendo una empresa turística y operando en un país como España, en el que hay miles de entidades más como la nuestra, es muy meritorio.