Hablar de publicidad puede sonar a algo frío, técnico o incluso un poco lejano, pero la realidad es mucho más sencilla y humana. Publicitar un negocio consiste, en el fondo, en contarle a otras personas quién eres, qué haces y por qué merece la pena escucharte. No consiste en fórmulas mágicas ni en repetir lo que hacen todos: se debe entender cómo piensan y sienten quienes están al otro lado.
Por todo esto, se comprende que un negocio que comunica bien no es aquel que grita más fuerte, sino más bien el que sabe expresarse mejor, ¿Y sabes lo mejor? ¡Que eso se aprende!
Hay estrategias que funcionan porque conectan con la gente, porque se sostienen en el tiempo y porque encajan con la forma real en la que hoy consumimos información; a lo largo de este artículo veremos algunas de las más potentes, revisadas desde una mirada profesional, cercana y realista.
Conocer a tu público antes de hablarle.
Antes de invertir tiempo, dinero o energía en cualquier acción publicitaria, hay un paso previo que nunca debería saltarse: conocer bien a quién se dirige el mensaje.
Un negocio que vende productos artesanos no se comunica igual que uno tecnológico, del mismo modo que no se habla igual a una persona joven que a alguien que busca tranquilidad y confianza. Cuando se tiene claro a quién se habla, todo lo demás fluye mejor: el tono, los canales, los mensajes y hasta las imágenes.
Este conocimiento se construye escuchando, observando comentarios, analizando preguntas frecuentes y prestando atención a cómo se expresan los propios clientes. Muchas veces, las mejores ideas publicitarias nacen de una frase dicha casi sin pensar por alguien que ya confía en el negocio.
Crear una identidad clara y coherente.
Una estrategia publicitaria sólida se apoya en una identidad bien definida, lo cual incluye la forma de escribir, los colores, las imágenes, el tipo de humor, la manera de explicar los servicios y hasta la actitud ante los problemas. Cuando todo eso tiene coherencia, el negocio se vuelve reconocible y cercano.
Y no hace falta ser perfecto ni mucho menos; de hecho, muchas marcas conectan precisamente por mostrarse humanas, con sus valores bien visibles. La coherencia genera tranquilidad y confianza, dos ingredientes fundamentales para que alguien decida quedarse y volver.
Una identidad clara ayuda a que cualquier acción publicitaria tenga sentido por sí misma. Da igual si se trata de una publicación en redes, un cartel o un correo electrónico: todo forma parte del mismo relato.
Redactar contenido útil como base de la visibilidad.
Una de las mejores estrategias a largo plazo es crear contenido que ayude de verdad: artículos, vídeos, guías o publicaciones que resuelven dudas reales consiguen algo muy valioso: atención sincera. Cuando una persona siente que aprende algo gracias a un negocio, empieza a mirarlo con otros ojos.
Este tipo de contenido posiciona al negocio como alguien que sabe de lo que habla, que entiende el sector y que no está ahí únicamente para vender. Además, genera visitas constantes con el paso del tiempo, especialmente si se publica en un blog bien trabajado.
De esta forma sustituiremos el “escribir por escribir” por el hecho de preocuparnos por responder preguntas habituales, explicar procesos de forma sencilla o compartir experiencias reales.
Parece una tontería, pero la naturalidad aquí juega un papel enorme, ¡por eso es tan relevante!
Redes sociales con intención, no por inercia.
Sabemos bien que para toda empresa es importante tener presencia; sin embargo, se debe hacer con una base y una intención. Asimismo, no se debe usar cualquier red social para cualquier negocio, puesto que no todas las redes funcionan igual ni atraen al mismo tipo de público.
Publicar con intención es pensar qué aporta cada contenido: informar, entretener, inspirar o generar conversación. También significa mantener una frecuencia realista y un tono que encaje con la identidad del negocio.
Las redes funcionan especialmente bien cuando muestran el lado humano: procesos, pequeñas historias del día a día, aprendizajes, errores y logros. Ese tipo de publicaciones suele generar más conexión que los mensajes excesivamente comerciales.
El boca a boca sigue muy vivo.
Aunque a veces se da por hecho, el boca a boca continúa siendo una de las formas más potentes de publicidad. Las recomendaciones personales pesan mucho más que cualquier anuncio. Por eso, cuidar la experiencia del cliente es una estrategia en sí misma.
Un trato amable, una solución rápida a un problema o un detalle inesperado pueden convertir a un cliente satisfecho en un prescriptor espontáneo. Cabe destacar que muchas personas llegan a un negocio porque alguien cercano habló bien de él, sin campañas complejas de por medio.
Fomentar este tipo de publicidad pasa por hacer bien las cosas y por estar atentos a cómo se sienten quienes confían en el negocio.
Colaboraciones con sentido.
Otra estrategia que funciona muy bien es colaborar con otros negocios o profesionales que compartan valores y público. Las colaboraciones amplían el alcance de forma natural y suelen generar contenidos más interesantes.
Estas acciones pueden adoptar muchas formas: publicaciones conjuntas, eventos pequeños, sorteos o incluso proyectos puntuales. Lo importante es que tengan sentido y que no se perciban forzadas.
Cuando dos marcas se entienden y se respetan, el público siente atracción por la marca, lo cual, además, refuerza la imagen de ambas ¡Todos salen ganando!
Publicidad tradicional, pero bien utilizada.
Aunque el entorno digital tiene un peso enorme, algunos formatos tradicionales siguen teniendo su lugar. Publigar nos explica que la radio, sin ir más lejos, continúa siendo un medio cercano y cotidiano para muchas personas, destacando sobre todo su éxito a nivel local. Además, destacan que este medio de publicidad puede ayudar a reforzar la presencia de un negocio en su entorno inmediato cuando se utiliza con un mensaje bien trabajado y cercano.
Meter tu negocio en una publicidad de radio cuando los oyentes de la emisora están yendo a trabajar, o cuando quieren escuchar música, puede crear un efecto potente a largo plazo, ¡Y si tu publicidad tiene una música o letra que enganche o sea pegadiza, será mucho mejor!
Email marketing, sí, pero con mensajes que apetezcan leer.
El correo electrónico sigue siendo una herramienta muy potente cuando se utiliza con cuidado; lo que pasa es que muchas empresas no saben enfocar bien este punto.
¿Cuál es la clave, entonces? La diferencia está en el contenido. Admitámoslo: ¡Nadie quiere recibir mensajes impersonales o repetitivos! Por eso es importante que un buen email aporte información interesante, noticias reales del negocio o pequeños consejos útiles. Si lo hacemos así, además de entretener o despertar la curiosidad del destinatario, mantendremos una relación más directa y personal con aquellos que anteriormente ya han mostrado interés.
Medir resultados sin obsesionarse.
Analizar qué funciona y qué no nos ayuda a tomar mejores decisiones. Para ello podemos recurrir a revisar estadísticas, comentarios o reacciones, para luego ajustar las acciones y mejorar poco a poco.
Eso sí, es importante entender que medir no significa obsesionarse con los números. La publicidad también conlleva una parte emocional y humana que no siempre se refleja en gráficos. A veces, un mensaje llega a la persona adecuada, aunque no tenga miles de visualizaciones.
El equilibrio está en observar, aprender y adaptar sin perder la esencia del negocio.
La constancia como un arma que no defrauda.
Muchas estrategias fracasan no porque estén mal planteadas, sino porque se abandonan demasiado pronto.
¡Es importante persistir! Al fin y al cabo, la visibilidad se construye con el tiempo. Publicar de forma regular, cuidar los mensajes y mantener una actitud abierta da resultados más sólidos que los impulsos puntuales.
Así es: la constancia transmite seriedad y compromiso. Poco a poco, el negocio va ocupando un espacio en la mente de quienes lo descubren.
Contar historias reales: el arte del storytelling.
Las historias conectan, y muchos expertos del marketing se han dado cuenta de ello en estos últimos años. Compartir el origen del negocio, los motivos que llevaron a crearlo o los aprendizajes del camino humaniza la marca y la acerca a las personas: es lo que se conoce hoy en día como storytelling, una estrategia de marketing cada vez más usada en las redes sociales, que promete bastante.
En este punto cabe destacar que no hace falta dramatizar ni exagerar a la hora de contar una historia, y por supuesto jamás se debe mentir: la autenticidad es más que suficiente. A la gente le gusta saber quién hay detrás, cómo piensa y qué le mueve.
Este tipo de narrativa crea vínculos que irán más allá de una simple transacción: ¡Creará seguidores fieles!
¡Podemos adaptarnos sin dejar de ser nosotros mismos!
El mundo de la publicidad cambia constantemente, y por ello sabemos que adaptarse es necesario; sin embargo, no debemos simplemente “copiar” o caer en tendencias: es importante coger lo mejor de cada cosa sin perder lo que somos, y actuar con cabeza en función de nuestro negocio y lo que deseemos transmitir.
Un negocio con identidad fuerte puede explorar novedades sin dejar de ser fiel a su forma de comunicar, y es esa coherencia, la que hace que cualquier estrategia tenga sentido.








