Mucho se habla de sostenibilidad. Cambio climático, reciclaje, economía circular, son palabras cada vez, mas presentes en nuestro vocabulario. Hacemos mucho hincapié en el consumo sostenible y responsable de los recursos, en la eficiencia energética, bajar o eliminar las emisiones nocivas que hacen grato favor al efecto invernadero, etc. Esta muy bien. Sin duda, hacer que el mundo sea mucho mejor es algo que hay que practicar siempre. Sin embargo, hay sectores en los que no se hace gala de este tipo de políticas. Como si con ellos, no fuera la cosa. El sector de la industria, el motor e, incluso el sector agrícola, están siempre de por medio en estas cuestiones. La industria textil, tampoco escapa a la sostenibilidad.
Al fin y al cabo, frenar el cambio climático, es asunto de todos y todos, debemos aportar nuestro granito de arena. Hablando con nuestros amigos de Serrano Joyeros, profesionales del sector de la joyería, hemos reparado en un aspecto muy interesante: el peso de la joyería y su impacto en el medioambiente. Se trata de un sector que parece ajeno a todo esto que venimos hablando, cuando en realidad, no es así. La joyería es una de esas parcelas que evocando al lujo, parecen destinadas a escapar de la mala fama que puede reportar la realidad que hay detrás de la obtención de los materiales utilizados.
No es cuestión de culpar a los joyeros, en absoluto. Ellos crean sus artículos o los venden, pero no son los encargados de proporcionar los materiales. Eso son asuntos que, a ellos no les conciernen directamente. De hecho, como nos ocurre a la inmensa mayoría, no nos planteamos la procedencia del oro con el que se ha fabricado el anillo que llevamos en la mano. Tampoco reparamos en como se obtienen los minerales y piedras preciosas. Están ahí, como la leche que sale del brik de la nevera. No pensamos en la vaca de la que se extrae, ni la mina de donde sale el metal precioso (ni mucho menos en como se saca). Damos por hecho que su procedencia es licita y, para nada reparamos en si contamina o no. A fin de cuentas, tu vas a la joyería sin pensar que detrás, existe una industria.
Preocupación en el sector
Aparentemente parece tratarse de un sector despreocupado que solo busca rentabilidad. No en vano, la joyería y el lujo, van de la mano. Ocurre justo al contrario y, tampoco, nos percatamos de la incipiente preocupación existente en el sector respecto a estos temas que hemos citado. La propia industria, es plenamente consciente del gran impacto que ejerce sobre el medio ambiente, razón por la que hace tiempo, inicio su propio camino hacia la sostenibilidad. Pretende, por lo tanto, crear productos sostenibles, respetuosos con la naturaleza, el medio ambiente y los trabajadores que se encargan de procurar la materia prima necesaria.
Como decimos, una joya, es algo muy especial que suele simbolizar, en muchas ocasiones, unión, amor, compromiso, amistad, respecto, etc. Eso es lo evidente cuando se nos regala una joya o la regalamos. Pocas veces nos hacemos conscientes de que detrás de ese presente, se llevan a cabo, una serie de acciones tanto éticas como medioambientales que, pasan por la extracción de la materia prima en regiones, en las que impera la pobreza. Esa consecución de la materia prima necesaria, se ejecuta de forma poco sostenible y condiciones extremas de explotación laboral. Puesto que a nadie le gusta pensar que ese anillo de compromiso, símbolo del amor y el compromiso, procede de una historia menos halagüeña, nos resulta más fácil, obviar este aspecto. No plantearse el dilema le resta el poder porque se obvia y deja de existir, al menos en nuestro fuero interno. Nada más lejos de la realidad, pues el problema, existe, es real y en nuestras manos esta resolverlo.
A priori, la joyería nos resulta un sector inocuo donde no cabe la idea de que se trate de algo nocivo para el medio ambiente. Si pensamos en una planta energética o la ganadería, enseguida nos viene a la mente, contaminación y explotación animal. Pensamos en joyas y nos acomete la imagen de alto estatus, poder, lujo, etc. Resulta, no obstante que, la minería (sector del que procede la materia prima de la joyería) esta considerada como una actividad en extremo peligrosa, cuyos costes para el medio ambiente son devastadores.
Esta problemática tan presente en este sector como en cualquier otros, ha derivado en que las joyerías se esfuercen al máximo para crear y distribuir joyas procedentes de una ética responsable y coherente con el planeta, reducir el impacto medioambiental y social, es una de las prioridades del sector. Crear joyas sostenibles, elaboradas con minerales que se hayan extraído sin hacer uso de químicos altamente contaminantes y en los que el sufrimiento humano no este presente, se ha convertido en su cruzada particular.
Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la industria joyera es la contaminación ambiental que genera todo el proceso que conlleva la creación de las piezas: desde la extracción hasta la producción. La inexistencia de un control estatal, la falta de aplicación de la tecnología y maquinaria adecuada para llevar a cabo una extracción menos agresiva, convierten al sector en uno de los que más contaminación genera. Partiendo de la base de que la extracción de un solo gramo de oro, supone una emisión de veinte kilos de dióxido de carbono, el consumo de dos mil quinientos litros de agua y la generación añadida de dos toneladas y media de deshechos, podemos hacernos una ligera idea del impacto que tiene la industria en el planeta.
Las consecuencias, tan nefastas de la minería, se traducen en contaminación de agua, no solo el gasto de agua que requiere, si no la contaminación de la misma con químicos como el mercurio, cianuro, arsénico o plomo. Las proporciones son tan insalubres que perjudican gravemente a la fauna y flora de la zona de extracción.
Contaminación del aire a causa de la liberación de polvo y gases tóxicos que derivan en problemas respiratorios tanto para los mineros como para los animales que vivan en la zona. Envenenamiento de las especies e incluso, su extinción a causa del mismo. Modificación del terreno, en el que se incluyen excavaciones, deforestación en grandes extensiones de tierra, provocando pérdida de suelo fértil, hábitats y biodiversidad.
Sin olvidar la explotación laboral que viven las personas que trabajan en el sector. Mas de cien millones de personas trabajan en condiciones extremas, muy por debajo del umbral de la pobreza. En numerosos casos, forzados a trabajar en condiciones tan extremas como arriesgadas para la salud, sin hacer diferencia por edad, sexo o condición. Aquí sí, podemos decir amargamente que no hacen ningún tipo de discriminación.
Sostenibilidad en auge
Como viene sucediendo en el sector de la moda, la joyería, posee unos niveles de fabricación masiva a bajo coste, donde la demanda, se incrementa debido a la falsa necesidad del consumidor, de consumir continuamente. La realidad oculta tras esta gran oferta, constituye la antítesis de la sostenibilidad. Por fortuna, la tendencia se inclina hacia el otro lado. La concienciación sobre el consumo y la procedencia respecto a los productos adquiridos, están cada vez más presentes en el sector de la joyería.
Para que la joyería se vaya volviendo más sostenible, debe cumplir con las siguientes características:
- Circularidad de los materiales empleados. Teniendo en cuenta que los materiales ya extraídos pueden ser reutilizados es posible la recuperación de piezas sin necesidad de adquirir nuevas materias primas.
- Poner en valor el oficio del artesano y recuperar la joyería artesanal, las colecciones pequeñas y recuperar el valor del oficio, evitando la industrialización.
- Calidad y atemporalidad son clave para encontrarse con un consumo responsable y consciente, adquiriendo joyas que no pasen de moda, revalorizando la perpetuidad de la joya y su capacidad de permanencia.
- Transparencia en la trazabilidad de la pieza. Es fundamental que la joyería sostenible, se realice de forma ética y responsable, desde el origen de la cadena hasta el final de la misma. Llevada a cabo bajo las políticas del comercio justo en la que todos los participantes, dispongan de unas condiciones de trabajo dignas.
Empezando por instaurar estos principios a lo largo de todo el proceso de producción, es posible alcanzar un alto grado de sostenibilidad en el sector de la joyería. Todos los sectores hacen lo posible por promover el cambio que minimice el impacto medioambiental de sus empresas. La joyería debe tomar mayor conciencia y hacer lo propio. Es el mismo sector quien hace notar su creciente preocupación por el impacto que supone para el planeta la mera extracción de la materia prima.
Sabiendo que supone un gran problema para el planeta entre otras cuestiones, recurrir al reciclado de los metales y piedras, es sin lugar a dudas uno de los primeros pasos a dar. Utilizar otro tipo de materias primas, es otra de las alternativas a considerar por los joyeros para crear sus productos.
Para el ciudadano de a pie, el consumidor, la mejor manera de contribuir es no incurriendo en compras innecesarias y adquirir piezas que sean sostenibles que, haberlas, hay las.